Beneficio del uso de progesterona en reproducción asistida


En los últimos 30 años las técnicas de reproducción asistida han conseguido la instauración y posterior evolución normal del embarazo en mujeres sin ovarios con donación de ovocitos o embriones, así como en pacientes con supresión hipofisaria por acción de análogos de la GnRH, tras la administración exógena de estrógenos y progesterona o bien de gestágenos. Teóricamente todas ellas tendrían, por razones obvias, fases lúteas insuficientes. Estudios randomizados a doble ciego demostraron la eficacia del tratamiento con progesterona en casos de abortos de repetición, partos prematuros o pacientes sometidas a cerclaje uterino con irritabilidad uterina, lo cual también sería de utilidad en un grupo de pacientes con mayor riesgo de complicaciones obstétricas. Sin embargo, el uso de derivados gestágenos no siempre ha estado exento de riesgos y la legislación vigente obliga a la industria farmacéutica a advertir de posibles riesgos teratogénicos, tromboembólicos o potenciadores de tumores hormonodependientes. Esto es cierto sobre todo con productos derivados de la testosterona, pero no se cumple con progesterona natural, donde no se ha podido constatar esta problemática.



La progesterona abre el período de ventana implantatoria en un endometrio previamente proliferado por acción de los estrógenos. Aunque en humanos podría ser amplia y con límites aún no bien definidos, el hecho de que los niveles máximos de progesterona se produzcan fisiológicamente en los días +7-8 postovulación, coincidentes con la llegada a cavidad uterina del embrión en estadio de blastocisto, hacen pensar que quizás éste sería el momento adecuado para administrarla (Figura 1). Sin embargo la asincronía establecida en técnicas FIV con transferencias embiornarias en día +2 ó +3, unida a unos niveles de estradiol muy superiores a los normales, podrían explicar la ventaja de administrar progesterona para adelantar la apertura de la ventana y favorecer la implantación en días más precoces1. Mientras que la administración de progesterona 12 horas antes de la captación ovocitaria2 o en día +61 se asocia a peores tasas de embarazo, no se han encontrado diferencias entre su administración el día de la punción o de la transferencia3.

Figura 1. Niveles de progesterona en ng/ml a lo largo del ciclo menstrual
Modificado de Speroff (Speroff L y Fritz MA 2006)4

Técnicas FIV. La justificación de suplementar la fase lútea de los ciclos de fecundación in vitro (FIV) se basa en varias teorías. Por un lado, los elevados niveles de estradiol necesitan ser contrarrestados a nivel endometrial por altas dosis de progesterona, pero también producen una inhibición de la secreción de LH que hacen más insuficientes a unos cuerpos lúteos deteriorados tras la aspiración de células de la granulosa durante la punción folicular. El tipo de protocolo para conseguir el desarrollo folicular múltiple así como las dosis utilizadas de cada uno de los medicamentos podrían tener importancia en este sentido.

El uso de análogos agonistas de la GnRH en protocolo largo produce inicialmente un aumento de la secreción de FSH y LH que posteriormente desaparece, permaneciendo la supresión hasta 2-3 semanas después de su cese. En protocolos superlargos con preparados depot administrados durante varios meses, el bloqueo de la secreción de gonadotrofinas puede mantenerse hasta mucho tiempo después  de la última dosis. El tratamiento con análogos antagonistas de la GnRH produce la misma acción y, si bien su efecto es más corto en el tiempo al iniciarse en fase folicular media, la supresión que producen es más intensa. Se especuló pensando que con antagonistas probablemente no sería necesario un soporte de fase lútea al producirse una recuperación más rápida de la pituitaria, pero el desarrollo folicular múltiple produce elevados niveles de estradiol que son suficientes para mantener inhibida la secreción de LH.

En todos los casos este bloqueo podría afectar al funcionamiento del cuerpo lúteo, dado que las gonadotrofinas con función LH tienen una vida media corta que no llega a más allá de la punción folicular, que el efecto hCG del pico ovulatorio tan solo se prolonga unos días y que el refuerzo de la fase lútea con esta hormona hasta que el trofoblasto embrionario comience a producirla ha sido abandonado por el mayor riesgo de SHEO (Síndrome de Hiperestimulación Ovárica). El suplemento con progesterona se hace necesario para decidualizar el endometrio y hacerlo receptivo, así como para permitir el desarrollo del embrión en sus primeras semanas de vida.

Cuando las técnicas FIV se realizan con ovocitos donados en mujeres sin actividad ovárica, el suplemento de progesterona en fase lútea se hace imprescindible. En el caso de pacientes con función ovárica, el bloqueo hipotálamo-hipofisario de los análogos de la GnRH necesarios para poder coordinar ovarios de donantes con endometrio de receptoras, obligaría también a administrar progesterona por las mismas razones que se han comentado anteriormente.

Aparte del efecto proimplantatorio que ejerce la progesterona en el endometrio transformándolo en secretor y favoreciendo la adhesión del blastocisto, existen otros efectos positivos progestacionales. La progesterona posee un efecto miorrelajante y vasodilatador que evita las contracciones uterinas observadas por ecografía durante la transferencia embrionaria5, 6 y que podrían tener relación con las tasas de implantación, aborto y gestación ectópica. Uno de los argumentos de la mayor tasa de implantación en fase de blastocisto podría ser el tiempo extra de tratamiento con progesterona en comparación con la transferencia en día +2 ó +3.

Otros tratamientos distintos de FIV. La posibilidad de disponer de progesterona para suplementar la fase lútea de forma fácil, poco costosa y sin grandes riesgos para la paciente y el embrión, ha extendido su utilización al resto de pacientes sometidas a tratamientos de reproducción, como inducción de la ovulación con relaciones programadas o inseminación artificial (IA), sin tener tantos argumentos como en FIV. Igualmente, va a ser mucho más eficiente suplementar con progesterona todas aquellas situaciones con mayor incidencia de deficiencias de fase lútea que profundizar en su diagnóstico. En pacientes con fase folicular prolongada, deberíamos tener en cuenta que la administración prematura de progesterona podría decidualizar antes de tiempo al endometrio y reducir las tasas de embarazo.


1.- Williams SC, Oehinger S, Gibbons W, Van Cleave WC, Muasher SJ. Delaying the initiation of progesterone supplementation results in decreased pregnancy rates after in vitro fertilization: a randomized, prospective study. Fertil Steril 2001; 76:1140-3.
2.- Sohn SH, Penzias AS, Emmi AM, Dubey AK, Layman LC, Reindollar RH, DeCherney AH. Administration of progesterone before oocyte retrival negatively affects the implantation rate. Fertil Steril 1999; 71: 11-14.
3.- Hubayter ZR, Muasher SJ. Luteal supplementation in in vitro fertilization: more questions than answers. Fertil Steril 2008; 89:749-58.
4.- Speroff L y Fritz MA. Regulación del ciclo menstrual. En: Endocrinología Ginecológica Clínica y Esterilidad. Speroff L y Fritz MA. Segunda edición en español. Ed. De la Fuente Ruiz J. Wolters Kluwer Health España, SA. Madrid, 2006: 217.
5.- Fanchin R, Righini C, Ziegler D, Olivennes F, Ledée N, Frydman R. Effects of vaginal progesterone administration on uterine contractility at the time of embryo transfer. Fertil Steril 2001; 75:1136-40.
6.- Fanchin R, Ayoubi JM. Uterine Dynamics: impact on the human reproduction process. Reprod Biomed Online 2009; 18:57-62.


Juan Fontes Jiménez y Mª Setefilla López Criado
Instituto AVANTIA de Fertilidad. Granada
Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Granada
www.avantiafertilidad.com

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